Uno de los grandes retos en el que, un día u otro, tiene que enfrentarse toda empresa familiar es el del relevo que la nueva generación debe dar a la generación que la precedió en la dirección y gestión de la empresa. Esta es una etapa delicada en la vida de cualquier empresa familiar, etapa en la que se mezclan componentes de índole personal, familiar y económica, por lo que se hace necesario planificar, con tiempo y previsión, como debe producirse este relevo generacional sin comprometer el futuro y la continuidad de la empresa.
  
El Despacho interviene dando el apoyo que la empresa familiar requiere a los efectos de organizar esta transición generacional, y lo hace a través de soluciones que ofrecen instrumentos como el Protocolo Familiar y el Pacto Sucesorio, entre otros.